La verdad, tenía ganas de poder escribir la tercera carta. Sabía
que la tercera tenía que ser aquí y al fin he podido encontrar una mesa libre,
y es que ya lo dicen, a la tercera va la vencida.
Curioso descubrimiento fue este local en su día, y a pesar
de haber venido varias veces, sigue pareciéndome un lugar mágico tal y como sus
anfitriones quieren que sea. Merece la pena dar un paseo en bicicleta
cruzando Barcelona, hacer un poco de ejercicio suave, pero suficientemente
positivo y saludable para la mente, con el único fin de merendar en el lugar más
cósmico de la ciudad. Y es que aquí, mires donde mires, todo es color, todo es
diferente, todo es positivo, todo está
lleno de energía, de buen rollo, porque aquí todo es simplemente Cosmo.
Hora de pedir.
Como ya es de costumbre de otras veces que he venido, me
decido por un caramelccino y para acompañar un muffin de albaricoque. Dulce y
cargado de sabor, pero sin ser empalagoso. Perfecto!
Desde luego, si tuviera que enamorarme de un café, creo que
éste posiblemente seria el que más posibilidades tendría, es un lugar que
enamora al que viene. De ahí que entre sus clientes haya desde estudiantes,
hasta parejas de jubilados de clase alta que buscan un desayuno diferente y un
lugar donde leer sus novelas.
El lugar en concreto es sencillo, pero curioso, afuera,
cuatro mesas con unas sombrillas y luces de colores, de las de navidad, pero de
tamaño bombilla normal. Dentro, un techo alto con vigas a la vista amplía la
grandeza del lugar. Mesas de madera y cristal con motivos de colores en
diferentes temáticas. Al lado de la puerta, unas butacas con una mesita, una
mini galería de posters y lo más curioso, una caja llena de LEGO, es increíblemente
sorprendente este sitio. Al fondo, dos sofás grandes en el lugar más escondido,
precedidos eso sí, por unas mesas largas y altas con unos taburetes. Al lado la
galería, una zona donde de tanto en tanto se pueden ver exposiciones de lo más
variopintas de forma gratuita o films en blanco y negro a ritmo de música
alternativa y con buen rollo.
Pero bueno, como viene siendo algo común, vamos a hacer un
poco de "zapping". En la primera butaca un chico escucha sus
pensamientos mientras lee la carta en busca de algo para tomar. Yo le recomendaría
un zumo, están geniales. En la mesa larga justo enfrente de él, dos chicas y un
chico le cuentan historias a un mini ficus, plantado en un tiesto.
justo delante mío, dos bellas jóvenes sonríen e intercambian
comentarios. Sus miradas parecen decirse que se alegran de ese reencuentro.
Detrás mío, un chico toma café apoyando su espalda en la pared y mirando hacia
la barra, donde las dos camareras no paran. El sofá del fondo se esconde, pero
debido a que la gente que pasa de mi mesa vuelve rápido, seguramente estará
ocupado. Quién sabe quién habrá allí.
Hasta aquí, todo parece común, pero las cosas especiales,
siempre son especiales precisamente por ser diferentes en algo. Mientras una
chica juega asombrada con un móvil colgado con un largo hilo desde el techo, y
que llena el aire de un enjambre papirofléxico, en una de las mesas largas del
fondo, gente de diferentes etnias y edades, se juntan para mientras meriendan
risas y hablan cafés y pastas (sí, lo volví a hacer el juego de palabras, pero
queda bien ¿no?), diseñan collares, pulseras y pendientes con cuentas y
abalorios diversos. Qué gran forma de socializarse, aprender y estar
entretenidos!
Qué gran cosmos hay aquí!
Y para acabar, como normalmente, me gusta que estas cartas
contengan algún mensaje, y como en las dos anteriores está, aunque haya que
fijarse bien para verlo, ésta no iba a
ser menos que las demás y dado que es la tercera carta, la deseada, y está
escrita en Cosmo, un lugar donde parece que los sueños habitan, querría
animaros a soñar.
Soñad! no os dejéis nunca de creer esos sueños, aunque a
veces parezcan imposibles, si creéis en ellos, es muy probable que se cumplan. Al
menos así lo espero yo y lo creo. Ya que cuando creemos en algo, ese algo acaba
existiendo aunque solo sea para nuestros ojos. Y si no encuentras ni siquiera a
tus sueños, siempre podrás venir aquí y dejar que ellos te encuentren a ti.