viernes, 16 de enero de 2015

Agradeciendo que te enfrentases a los fantasmas que de pequeño me aterraban...

Hoy es un día especial, hace tiempo sentía miedo e incertidumbre acerca de un familiar, hoy siento admiración.  Por ello, será él quien reciba la primera de las cartas de agradecimiento que me comprometo a escribirle a aquellas personas que por alguna razón han sido un referente o han cambiado algo que me ha hecho reaccionar en la vida.
Esta primera carta de agradecimiento va dedicada a mi primo.
De pequeño, sentía cierta curiosidad y respeto por ese aire libre y rebelde que siempre mostrabas, pero a su vez, también el miedo me recorría al no saber casi nada de ti. Eras solo una sombra de lo que llegaste a ser, pero aún así lo poco que sabía me mostraba dos personas, de un lado, una cálida mano agradable capaz de ser emotivamente cariñosa y buena, de la otra, una frialdad tan capaz de alejarte de ti mismo que te perdía.
El tiempo fue y se nos fue, corrió más de la cuenta a veces y otras veces menos de lo deseado, pero seguía corriendo. Y de nuevo te sacó de ti mismo una frialdad ajena a ti. Te nos volviste a perder y yo seguía guardando una flauta como recuerdo de alguien que no sabia si volvería a ver.
Pero curiosamente, años más tarde, no sé si por casualidad o por deseo mutuo, supimos de nuevo el uno del otro, reapareciste y animaste aún más mis ganas de alimentar la esperanza de que la felicidad no es una meta, es parte del camino, y me diste más alas para continuar expresándome tal y como aún a día de hoy hago.
Y aún no se si te parecerá correcto o no, ni siquiera te he preguntado si puedo o no escribirte esta carta, pero creo que debo, porque hoy, eres tú quien me dio la esperanza de que las cosas pueden acabar bien si uno las lucha, si uno se lo propone, si uno quiere, sin importar el mundo, pues el mayor tesoro somos nosotros mismos y los que deseen estar a nuestro lado. Qué gran lección. Y al resto como dices, y perdonadme por la expresión, "que les den por culo", porque ni son dueños de nuestra voluntad ni podrán obligarnos a elegir si queremos pelear por ser felices sin entrar en su juego. Tuviste libertinaje, y aprendiste a valorar la libertad!
Por todo ello, por todo lo enseñado sin que ni siquiera supieras que enseñabas, por todo el cariño acumulado en este tiempo, porque la gente te quiere tener cerca, como yo también lo quiero, por saber caer bien abajo y levantarte, por enseñar al mundo que tú puedes! y por animar las ganas de empezar este reto dedicado a las personas que fueron importantes de algún modo en convertirme en lo que soy, mil gracias!
Dedicado a U.X.L.P., gracias  por tus enseñanzas y espero poder seguir aprendiendo!

sábado, 3 de enero de 2015

Desvariando con mis héroes y villanos

Empezó ya el 2015, atrás dejamos un año lleno de retos logrados de metas alcanzadas y de alguna que otra caída, pero, que aunque no lo aceptemos, también forman parte del juego. Ahora llegan nuevos retos y propósitos personales a los que intentaremos hacer frente, llegan nuevos vientos portadores de cambio, aunque en muchos casos solo serán brisas suaves.
Yo la verdad es que este año no me he marcado ningún propósito concreto, parece que sea casi una obligación decir que voy o que no voy ha hacer en el transcurso de los siguientes 365 días, marcando mis acciones como si fuera el programa de un partido político. No obstante si me he planteado una línea de acción, quiero cambio, quiero poder aplicar cambios y poder controlar la situación frente a éste, aceptarlo y adaptarme.
Como ya dije anteriormente, el cambio es evolución, y en estos últimos días del año, quizás he visualizado situaciones donde este proceso evolutivo se ha marcado como una necesidad más que como una opción. Lo curioso de observar desde fuera el cambio, es que como en casi todo, puedes evaluar con una mayor cantidad de información todos los parámetros del proceso, y es un acto increíblemente empático, cuyo fruto fue el descubrir que bajo un prisma concreto, héroes y villanos pueden no ser ni tan héroes, ni tan villanos, pueden simplemente ser personas con una inmensa necesidad de adaptarse el uno al otro.

De nuevo vuelvo a escribir desde mi ferrocarril diario, y ya estoy a medio camino del trabajo, el sol de enero, me acompaña y calienta mi cara…, que agradable sensación…, y yo, mientras, solo sonrío cerrando mis ojos...

Volviendo a mis desvarios, planteo preguntas a las que quizás no haya respuestas o quizá haya tantas respuestas válidas que no se puedan contemplar todas. ¿Cuánto empáticos somos con nuestros héroes y con nuestros villanos? ¿Cuánto justos y altruistas con sus necesidades? ¿Cuánto dejamos que sean los demás quienes condicionen nuestros objetivos, nuestras metas, nuestros propósitos o nuestro personaje en la historieta? ¿Cuánto pueden los demás marcar y definir mi resultado? ¿Cómo yo puedo no ejercer un juicio fuera de lugar, irracional o imparcial de mis villanos? ¿Qué hacemos por nuestros héroes y ellos por nosotros? ¿Y nuestros villanos?
No creo que haya una sola respuesta, de hecho solo de escribirlas, ya pude ver más de una posible solución a las dudas, pero quien sabe si son las correctas, supongo que solo dependerá de como quiera afrontar la situación y de cómo quiera ver el personaje que todos llevan dentro. Yo ni me siento bueno ni me siento malo, solo intento ser más yo que nunca en cada momento, y deseo que los demás conmigo sean siempre más ellos que nunca. Mientras tanto, seguramente seguiré desvariando y paseando entre héroes y villanos.