sábado, 3 de enero de 2015

Desvariando con mis héroes y villanos

Empezó ya el 2015, atrás dejamos un año lleno de retos logrados de metas alcanzadas y de alguna que otra caída, pero, que aunque no lo aceptemos, también forman parte del juego. Ahora llegan nuevos retos y propósitos personales a los que intentaremos hacer frente, llegan nuevos vientos portadores de cambio, aunque en muchos casos solo serán brisas suaves.
Yo la verdad es que este año no me he marcado ningún propósito concreto, parece que sea casi una obligación decir que voy o que no voy ha hacer en el transcurso de los siguientes 365 días, marcando mis acciones como si fuera el programa de un partido político. No obstante si me he planteado una línea de acción, quiero cambio, quiero poder aplicar cambios y poder controlar la situación frente a éste, aceptarlo y adaptarme.
Como ya dije anteriormente, el cambio es evolución, y en estos últimos días del año, quizás he visualizado situaciones donde este proceso evolutivo se ha marcado como una necesidad más que como una opción. Lo curioso de observar desde fuera el cambio, es que como en casi todo, puedes evaluar con una mayor cantidad de información todos los parámetros del proceso, y es un acto increíblemente empático, cuyo fruto fue el descubrir que bajo un prisma concreto, héroes y villanos pueden no ser ni tan héroes, ni tan villanos, pueden simplemente ser personas con una inmensa necesidad de adaptarse el uno al otro.

De nuevo vuelvo a escribir desde mi ferrocarril diario, y ya estoy a medio camino del trabajo, el sol de enero, me acompaña y calienta mi cara…, que agradable sensación…, y yo, mientras, solo sonrío cerrando mis ojos...

Volviendo a mis desvarios, planteo preguntas a las que quizás no haya respuestas o quizá haya tantas respuestas válidas que no se puedan contemplar todas. ¿Cuánto empáticos somos con nuestros héroes y con nuestros villanos? ¿Cuánto justos y altruistas con sus necesidades? ¿Cuánto dejamos que sean los demás quienes condicionen nuestros objetivos, nuestras metas, nuestros propósitos o nuestro personaje en la historieta? ¿Cuánto pueden los demás marcar y definir mi resultado? ¿Cómo yo puedo no ejercer un juicio fuera de lugar, irracional o imparcial de mis villanos? ¿Qué hacemos por nuestros héroes y ellos por nosotros? ¿Y nuestros villanos?
No creo que haya una sola respuesta, de hecho solo de escribirlas, ya pude ver más de una posible solución a las dudas, pero quien sabe si son las correctas, supongo que solo dependerá de como quiera afrontar la situación y de cómo quiera ver el personaje que todos llevan dentro. Yo ni me siento bueno ni me siento malo, solo intento ser más yo que nunca en cada momento, y deseo que los demás conmigo sean siempre más ellos que nunca. Mientras tanto, seguramente seguiré desvariando y paseando entre héroes y villanos.

1 comentario:

  1. Buena reflexión, comparto contigo ser más yo que nunca y aprovechar al máximo los buenos momentos que pasan rápido...en cuanto a propósitos tengo 3, resumibles en su finalidad, ser feliz :) más o menos como esa sensación que te aporta el sol de enero.
    Un saludo conpany!

    ResponderEliminar