martes, 25 de noviembre de 2014

Desvariando sin saber dónde...

Hace mucho tiempo ya, recuerdo un tiempo en el que solo escribiendo conseguía aliviar la pena que sufría mi corazón. Recuerdo que en aquellos tiempos no importaba el frío, el sol, la lluvia, no importaba reír, no importaba la felicidad, no importaba la soledad, no importaba nada que no fuera sacar aquel dolor que me aquejaba por dentro, que me atrapaba en una tristeza más propia de otro mundo que del que nos rodea.
En aquella época, nada tenía sentido y nada necesitaba tenerlo. El amor era mi sino, era mi motor y por desgracia para mí, solo el desamor su combustible. No obstante, mucha gente se maravillaba con mi llanto, se asombraba con mis lágrimas más secretas, expresadas en aquellos versos de los que hablo ahora y en los que jamás encontré la felicidad.
Hoy siento de nuevo esa necesidad de escribir, hoy siento de nuevo que necesito volver a ese ningún lugar en el que tanto tiempo estuve andando, sin saber a dónde... Por eso hoy volveré a escribir, como dijo Neftalí, los versos más tristes, y será en honor a aquel tiempo que ya pasó, será en honor a aquel tiempo que no debe volver, será en honor a mis silencios y a mis lágrimas, pero ante todo, será en honor a mí, a lo que soy hoy, a lo que quiero llegar a ser mañana y en honor a la dureza del camino, que es el que le da valor a todo lo que he ido logrando y pienso lograr en esta vida.

"Siento tristeza y no sé bien porqué, soy feliz pero no siento mi felicidad, el vino sabe a harina y no disfruto de este viaje. Mi mano quiere escribir, quiere gritar pero no sabe cómo. Lo que antaño fue fluido, hoy cuesta de sacar, y crece dentro de mí doliendo más que nunca. Se oye un grito desolador, pero nadie lo escucha, se me eriza la piel, mis huesos se estremecen y siento un frío seco dentro, del que no me puedo abrigar ni siquiera en tus brazos amor. Mis ojos lloran cuando ven la luz, pero saben que son lágrimas de dolor porque todo huele a ceniza. Todo se arrasó. Todo aquello que plantamos, todo aquello que florecía ayer, hoy no es más que polvo y muerte gris, todo se quemó por culpa de quién jugó con fuego en el lugar equivocado y ahora ya es tarde, el mal ya se hizo y solo me queda marcharme o esperar a que la escasa lluvia limpie todo y devuelva la vida a esta tierra infértil... En cualquier caso, con el tiempo mis ojos volverán a ver las flores de lo que será, más que nunca mi hogar"

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