viernes, 12 de octubre de 2012

Desvariando con mi Julieta

Y que ven mis ojos. Sueño despierto o es que la locura alimenta mi ser. Veo a mi amada delante de mí. Su rosto, cual figura de porcelana, parece ser la más suave cosa jamás tallada por la mano divina. Sus ojos, llenos de luz, ciegan a mis ojos y al cerrarlos, aun veo su resplandor y me intento guiar hasta ellos, pero nunca llego a mi destino.
Oh dios mío, prívame de sufrir esta soledad, haz que el tiempo corra como nunca lo hizo antes y déjame llegar a donde mis sueños dejan de lado la noche y la locura, para hacer del día un regalo al corazón del enamorado.
Anhelo poder sentirla tan cerca, que sus latidos sean los que mueven la sangre de mis venas. Que su respiración llene de aire a mis pulmones, pues es en ella donde yace hoy mi alma y es en ella donde descansan eternamente mi oscura soledad y mi dolor perece.
Corre tiempo mío, corre, que el viento sopla a mi favor y este navío sin brújula ya sabe dónde está el norte. Las estrellas que brillan en el cielo me marcan el camino a tierra, y es en el arco iris donde descubro el lugar en el que descansas tus días, esperando a que el amor llame a la puerta.
Ya llego amada mía, ya llego. Aguanta. Pues estuve perdido durante un tiempo al no saber encontrarme en esta oscuridad, y ahora que tú me iluminas, ya no me siento perdido y veo el camino que me lleva hasta ti.