Hoy, el lugar donde me encuentro escuchando mi café, es un
sitio precioso a pesar de su marcada sencillez. Mesas simples cuadradas de
madera y con una lámina de cristal encima, todas en tonos suaves, sillas de
madera clara y un gran banco. La luz no muy fuerte pero muy blanca, hace que el
espacio parezca mucho mas amplio, y permite que luzca mucho mas la virtud de lo
que es bello, porque no por ser sencillo deberá ser menos bonito, de hecho, lo
simple, si es bello es porque es verdaderamente bello sin complementos,
accesorios ni maquillajes.
No sé cómo serán los dulces, pero por su nombre, seguro que
son de buena miga.
La gente que aquí me acompaña inconscientemente, es de lo
más variopinta. Tres chicas felizmente expresan su alegría y se van poniendo al
día mientras llegan más amigas. A mi lado, una pareja apenas habla con miradas
y susurros que parecen venir de la mano de alguna triste noticia. Delante de
mí, en una mesa enorme, una chica y un niño pequeño comparten espacio con un
grupo de asiáticos, seis en total. Por su apariencia y dado que estoy en el
centro de Barcelona en la Plaza Universidad, seguramente apostaría a que son
japoneses.
Al otro lado, un poco más allá del grupo de chicas, una sala
con una pared blanca translúcida y tras la cual debe haber mucha luz, unas
mesas pequeñas donde algunas parejas buscan tranquilidad y porque no, quizás
algo de intimidad.
Lo que es posible que pase mas desapercibido y sin embargo
debo hacer hincapié, ya que creo que lo hace un espacio único, es el hilo
musical que suena. Música tranquila de buen ambiente, del estilo de los grandes
Sinatra, Martin, etc. Me gusta.
Pero bueno, puestos en situación, hoy al ver mi café no he
podido evitar dibujar una estrella en su espuma, la cual, se prestaba a ello y
como estamos en estas fechas y la estrella creo que es el símbolo navideño por
excelencia, todo árbol, Belén o casa debe tener al menos una, me he decidido a
ello. Y es que siempre nos han contado que fue una estrella la que guió a los
reyes magos hasta el portal ¿no?
Hablando de reyes magos, y sin venir a cuento, seguro que
alguna vez habéis oído la típica frase de "los reyes magos no existen, son
los padres". Pues no os la creáis, esa frase la dicen para colgarse el
mérito y chantajearnos con ser buenos y respetarles y porque hoy en día ser rey es algo pasado de
moda parece ser. Además, yo siempre he creído que el día de reyes es mágico,
siempre se puede cumplir algún deseo, sueño o pueden ocurrir milagros.
Volviendo a mi café, y a la estrella que nos guía, me
gustaría mostrar en que parte me parece algo muy bonito la metáfora que se puede
sacar de ella. Si lo miramos con ojos más actuales, podríamos definir la
estrella como la brújula que nos guía a donde queremos ir, una brújula que nos
marca donde está nuestro rumbo, y para mí, todos tenemos esa estrella, siempre
tendremos un hijo, una madre, una familia, un amigo, un amado o amada con el
que nos guiamos y hacemos nuestro camino sin perdernos, esas son las verdaderas
estrellas.
El problema que veo yo, es que con el tiempo y la era tan
moderna que vivimos, la fe se fue esfumando, la ilusión, la inocencia se va
perdiendo y hemos ido evolucionando hacia una sociedad donde las estrellas que
nos guían son táctiles, se recargan y se conectan de tanto en tanto a un cable.
Sinceramente y a mi modo de ver, sigo prefiriendo alimentar
mi fe, mis sueños y mi ilusión ya que siempre es bueno creer que algún día,
nuestros deseos, sueños e ilusiones también se van a cumplir y si puedo,
seguiré mi estrella que seguro que me llevará donde deseo estar y donde me
siento feliz. Buscad vuestra estrella, soñad y seguidla hasta llegar.
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