jueves, 14 de mayo de 2015

Vigésimo octava carta: un café con prisa y sin papel...

Pocas son las veces en las que un café me pilla sin papel encima, pero en esta ocasión... Deberé apretar mis palabras.
La letra del cartel llama la atención por sí solo, llena de nostalgia nuestra mente y muestra un nombre muy a "la mode", en colores vivos y formas redondeadas, dejando ver a través del cristal su increíble interior.
Me encuentro en "le cinquante huit" de la Rambla del Poble Nou y a pesar de sus marcadas paredes y su aspecto descuidado, el lugar muestra un encanto especial al entrar a la sala que hay en su interior.
El café es suave y por primera vez me siento obligado a escribir esta carta en papel improvisado, utilizando para ello unos billetes de ferrocarril gastados, menos mal que siempre los llevo encima junto con un bolígrafo.
La verdad, es que rebuscando, tengo la sensación como si hubieran pasado años desde el último café que me tomé, o desde la última vez que escribí mejor dicho, y es que aunque solo hayan pasado dos meses desde entonces, mi vida ha dado giros y giros y vueltas y vueltas como una montaña rusa y parece otra vida totalmente distinta. Podría decir, que en dos meses, he cumplido con lo que en una de las anteriores cartas me comprometí, cambios!
El café está lleno de una suave espuma, y es dulce...
Por el momento soy el único cliente, pero estoy seguro que a medida que la tarde avanza, "le cinquante huit" se irá convirtiendo en un lugar lleno de buen ambiente, lleno de ese olor a comida y vino, lleno de color y de risas de fondo... Seguro que se convierte en uno de esos restaurantes chic, aunque le pega mas la palabra pop, del barrio donde la gente moderna, los bohemios y los que buscan en general algo de nostalgia en un bar, tienen su hueco y su lugar.
Yo por el momento solo estoy de paso, ya que no dispongo de mucho tiempo, pero sin dudar, es muy probable que pronto vuelva a visitar este lugar con mas hambre que sed y con más calma que prisa.

Mientras tanto, me acabaré el café observando las viñetas de tintín colgadas a modo decorativo y en forma de cuadro en la pared y esperando empezar nuevos caminos que me lleven a épocas, lugares y momentos desconocidos y me llenen el cuerpo de emociones que poder transmitir, disfrutar y compartir. Así que, con aire de cambio acabo esta mini carta y espero encontrarme con mas cartas en mis recientes, y a mejor, cambios.

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