Después de mover y remover, colocar y recolocar las
pertenencias para poder pasar los controles de seguridad, algo llamó mi
atención, algo me hizo sacar papel y bolígrafo y empezar a leer.
Me voy a dedicar un último placer en libras en el “The Tin
Groose” en compañía de otra portuguesa de mismo nombre que en mi anterior
carta, pero con diferente atención a su teléfono, quizás por la hora, quizás
no.
Un plato de fruta con yogur, croissant con jamón y queso y
un expreso para ella. Para mí, capuchino, que por lo que creo intuir, será una
maravillosa película que contar, un croissant pero solo con jamón, un plato de
frutas y un zumo natural de naranja. Un desayuno completo para empezar a andar
este nuevo camino.
Curiosamente, a pesar de las diferencias, ambos necesitamos
energías para este cambio de vida que vivimos, pues ambos caminaremos juntos
por motivos parecidos, objetivos relacionados y sinérgicos, y con la confianza
de saber que por lo menos, alguien habrá en los malos momentos en los que el
camino muestre su cara más cruel y dura.
Si levanto mis ojos, un maravilloso amanecer parece querer
pintar de colores el lugar para hacerlo casi perfecto. Todo está decorado con
muebles antiguos con telas desgastadas, tonos marrones, verdes, cuadros y
rallas. En cada mesa un antiguo libro quiere ofrecer servicio a quienes lo
necesiten. El lugar está lleno de todas partes y vacío de cualquier lugar, el
silencio de la gente deja paso al hilo musical, que desde luego es el más
adecuado y todo entra en un estado de paz increíble. Creo que no podría empezar
mejor no solo el día de hoy, si no, esta nueva aventura que empiezo, pues me
voy a recorrer los mares una buena temporada. Siempre creí en mi conexión con
el mar, pero jamás pensé que llegaría a vivir surcándolo.
En esta carta, creo que no dedicaré palabras hacia quien
aquí se encuentra, todos parecen querer salir de una vida para entrar en otra
en algún otro lugar, bien por unos días, bien por toda una vida… Parece que
todos estamos aquí porque necesitamos alejarnos de algo o porque necesitamos
regresar. Yo me alejé de mi mismo y ahora debo acercarme como nunca lo hice.
Curiosamente, el mar y yo siempre tuvimos una conexión
especial, algo mágico, y como últimamente me dijeron, debo creer de nuevo en
esa magia que siempre está para sorprendernos, y debo creer que el mar será
algo especial para mí, será mi magia, como en el pasado ya lo fue. Debo buscar
aquello que perdí, aquello que realmente necesito, porque el verdadero motor de
todo, el verdadero sino de la vida, es aquello que más adentro llevamos. Jamás
dejéis de buscaros, jamás dejéis de sorprenderos y sobretodo jamás dejéis de
creer en aquello que os parezca mágico, en aquello que sean vuestras ilusiones,
en vuestros sueños, porque aunque os digan que nunca se cumplen, aunque os
digan que eso no existe, a veces la magia, la ilusión o los sueños pueden
hacernos ver la realidad con otros ojos, e incluso a veces, pueden hacerse
realidad.
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